Un botiquín es un elemento básico para casi cualquier lugar en el que nos encontremos. La posibilidad de necesitar atender a alguna persona para unos primeros auxilios al alcance de nuestros conocimientos y con elementos sencillos hace que contar con uno de ellos sea una recomendación muy común.
Muchas veces, en nuestra casa reproducimos lo que hemos visto en la casa donde crecimos. Si allí había un botiquín, en la nuestra probablemente lo habrá y tendrá una composición similar. No está de más que eches un vistazo a cómo debería ser la composición ideal del mismo, por si no tienes o el tuyo resulta no ser el más adecuado.
Cómo suelen ser los botiquines
El recipiente que uses puede ser una caja, bolsa, un armario del hogar o un armarito específico (generalmente, en los lugares de trabajo, consiste en un pequeño armario especialmente destinado a ello). La cuestión es que elijas un sitio que proteja los medicamentos y demás materiales que vaya a contener, que disponga de suficiente sitio para que todo pueda estar mínimamente ordenado y que esté a la vista o que todo el mundo conozca su ubicación. En el caso de los niños pequeños, sobra decir que no debe estar a su alcance.
La composición
Aunque el contenido pueda variar dependiendo de dónde vaya a ser usado, hay muchos elementos comunes. Puede haber diferencias entre el que se tenga en una casa con niños, el de una casa sin niños, con personas mayores, el de una piscina, el del lugar de trabajo… Sin embargo, como decíamos, hay una serie de elementos que son comunes a todos y de los cuales vamos a hacer un breve repaso.
Medicamentos comprados sin receta en la farmacia
Aunque se compren en la farmacia sin receta (incluso se pueden comprar online), te recordamos que debes asegurarte con el médico de que puedes usarlos. Algunos de ellos son:
– Antitérmicos y analgésicos, como el paracetamol y la aspirina.
– Antiinflamatorios, como el ibuprofeno o similares. Es interesante contar con la versión en pastillas y la versión tópica (crema, generalmente), puesto que ambas resultan muy prácticas.
– Pomadas para quemaduras, que puedes utilizar en quemaduras de primer grado.
– Cremas para picaduras. En caso de que la persona sea alérgica, es vital acudir a un centro médico.
– Antihistamínicos (antialérgicos).
– Antidiarréicos.
– También es común tener laxantes.
– Antiácidos.
– Medicamentos para la tos.
– Medicamentos para la mucosidad.
– Medicamentos para desinfectar heridas (alcohol, agua oxigenada, yodo).
Medicamentos recetados por el médico
Aunque no sean comunes para todo el mundo, es importante que siempre tengamos los medicamentos específicos que nos han sido recetados.
Material sanitario de farmacia y parafarmacia
– Guantes de látex o de vinilo para realizar curas de forma más segura.
– Algodón.
– Vendas.
– Tiritas.
– Esparadrapo.
– Compresas de gasa ya esterilizadas.
– Termómetro, en la actualidad hay varios modelos. Es indiferente cuál elijas siempre que sea preciso.
– Tijeras.
– Pinzas (pueden servirnos para retirar algo que se haya clavado).
Otros
– Suero estéril. Este es muy cómodo para el lavado de heridas, de ojos y de fosas nasales. Lo puedes encontrar en formato grande o en monodosis, por lo que tienes donde elegir el más adecuado al tamaño del lugar donde va a ser almacenado.
– Solución oral rehidratante. No obstante, si no resulta suficiente con beber abundante agua para reponer la perdida por una diarrea, tal vez sea necesario acercarse al centro de salud.
– Números de emergencias en general, así como aquellos específicos que consideres adecuados, por ejemplo, el número del centro de información toxicológica correspondiente a tu lugar de residencia.
Recomendaciones básicas
Existen una serie de medidas que debes llevar a cabo si quieres que todo esté en orden cuando lo necesites. Entre ellas están las siguientes:
– Revisa un par de veces al año el contenido de la bolsa o armarito para ver el estado de los elementos. Además de revisar la fecha de caducidad de los medicamentos, es importante ver si falta algo que se haya gastado con el uso, o si hay que desechar algo por estar abierto (por ejemplo, botes de suero abiertos que deben desecharse al poco de abrirse). Los medicamentos caducados debes llevarlos a una farmacia, donde se encargarán de su correcto tratamiento. Revisa también que las tijeras, las pinzas y demás elementos de metal no estén oxidados.
– Encárgate de que esté al alcance de todos, excepto de los niños, así como de que este sea de fácil apertura. No es buena idea cerrarlo con llave.
– Procura colocarlo en un lugar protegido de la luz del sol, de las fuentes de calor y de las fuentes de humedad. El cuarto de baño no es un buen lugar para su almacenaje.
– En la medida de lo posible, ten todo ordenado. Si etiquetas y clasificas los elementos del botiquín, mucho mejor. Recuerda que cuando se necesita hacer uso de estas cosas, muchas veces no tenemos tiempo que perder. Además, es conveniente que guardes cada medicamento en su caja, con su prospecto y donde se pueda ver la fecha de caducidad. En ocasiones, por ahorrar espacio, vamos tirando las cajas; otras veces tiramos los prospectos de medicamentos que conocemos y luego no los tenemos a mano cuando necesitamos, por ejemplo, consultar si tiene contraindicaciones con alguna nueva cosa que vayamos a consumir.
Otros botiquines
Además del que puedas tener en tu casa, puedes necesitar tener uno en diferentes lugares. Tal y como comentábamos con anterioridad, existen en los centros de trabajo, puede haber en gimnasios o en centros deportivos y piscinas. Además, existen los de viaje. Es importante que todos cumplan las pautas que hemos ido revisando hasta ahora, además de las que se establezcan en la ley, como es el caso de los botiquines en los centros de trabajo.
En los botiquines de viaje puede haber más variaciones, ya que, dependiendo del destino, pueden hacer falta diferentes elementos. Son comunes, además de gran parte de los citados en uno doméstico, los protectores solares, los productos para prevenir las picaduras y los medicamentos para evitar los mareos.
Como ves, tener un botiquín en perfecto estado de revista no es muy difícil, aunque no debemos perder de vista las recomendaciones citadas en orden a conservarlo bien y que no nos encontremos con ningún problema en el momento de necesitarlo.
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