El invierno suele ser la estación más peligrosa para la salud de los niños, porque suelen estar más expuestos a los cambios de temperatura. Los más pequeños aún no tienen un sistema inmunológico fuerte, por lo que hay que procurar protegerles bien para que no caigan enfermos durante esta época del año y para que no bajen sus defensas.
Son muchos los padres que quieren saber cuáles son las mejores maneras de aumentar las defensas de sus hijos y que están preocupados porque no quieren exponerlos a medicamentos o vitaminas fabricadas en un laboratorio. Es por eso que hay que tener en cuenta que existen varias terapias naturales alternativas que pueden servir para que los pequeños tengan una mejor salud.
Además, puedes tener acceso a estas terapias naturales sin salir de casa, pues se pueden pedir los productos necesarios en una parafarmacia online y que llegue todo directamente al hogar, sin necesidad ni siquiera de ir a ningún lugar físico.
Aceites esenciales para mejorar las defensas
Uno de los métodos para potenciar el sistema inmunológico de los niños es la aromaterapia. La aromaterapia consiste en usar aceites esenciales para mejorar la salud de las personas. De esta forma, es posible potenciar el sistema defensivo de los más pequeños de la casa con el uso de aceites esenciales.
Los aceites esenciales se pueden conseguir en la farmacia o parafarmacia, ya sea de forma física o en la tienda online en la web. Existen muchos tipos de aceites esenciales, según la dolencia a tratar o el objetivo específico que se está buscando.
Hay varias formas de usar los aceites esenciales como terapia: se pueden aplicar mediante un masaje, a través de inhalaciones o, incluso, con un baño terapéutico. Por ejemplo, un masaje con aceite esencial de melisa puede mejorar algunos trastornos digestivos, mientras que el aceite de eucalipto aplicado mediante un masaje en el tórax puede ayudar al niño a respirar mejor.
La aromaterapia también se usa mediante los baños. Solo tienes que diluir algunas gotas de aceite esencial en jabón y luego echarlo a la bañera. Esto se usa sobre todo con fines relajantes y tratar el estrés y los nervios, factores que también pueden afectar al sistema inmunológico. Para este caso, el aceite de mejorana o del árbol del té pueden ser los más eficaces.
Los probióticos como terapia alternativa
Además de los aceites esenciales, el uso de probióticos también se recomienda bastante a los padres. Para los que desconozcan esta opción, consiste en administrar a los niños unos microorganismos vivos, que ayudan al sistema digestivo. Por ejemplo, se sabe que el uso de probióticos ayuda a tratar la diarrea que es causada por la ingesta de antibióticos. Pero también puede ayudar a mejorar el sistema inmune de los hijos, porque con ello se puede prevenir los resfriados, o incluso algunas alergias. Por ejemplo, el uso de probióticos puede aliviar los síntomas del síndrome de intestino irritable o, incluso, mejorar la intolerancia a la lactosa.
Estos probióticos se pueden dar a los niños mediante los llamados suplementos probióticos y también existen algunos alimentos, como yogures, que contienen estos microorganismos. Como en muchos casos, es habitual dudar de cuál es la dosis idónea para un niño, y por eso, antes de acudir a la farmacia, lo mejor es que preguntes al pediatra sobre cuál puede ser la mejor opción para los niños y que sea recomendada la terapia según las necesidades de cada niño.
Medidas para prevenir enfermedades durante la infancia
Para mejorar el sistema inmune de los niños, a veces hay que tomar otras medidas para prevenir enfermedades. Se recomienda retrasar todo lo que se pueda el ingreso de los niños en las guarderías o en instituciones para su cuidado. Esto tiene una explicación, y es que aunque hace que aprendan antes habilidades sociales, lo cierto es que están mucho más expuestos a los gérmenes. El hecho de que haya tantos niños en un mismo espacio cerrado, da lugar a que las guarderías sean focos de algunas enfermedades que se dan durante la infancia.
La higiene también es un factor importante a tener en cuenta y, desde que son pequeños, debes inculcar a los niños lo esencial, que es mantenerse limpios. Lavarse las manos, sobre todo antes y después de comer, es algo que se debe aprender cuanto antes. Una enfermedad puede empezar simplemente porque el niño se ha llevado la mano sucia a la boca. Por eso, hay que enseñarles a mantener una higiene adecuada.
Mantener una vida saludable
La alimentación es un pilar básico para que las defensas, no solo de los niños, sino de cualquier persona, se mantengan en un nivel óptimo. El cuerpo humano necesita todo tipo de vitaminas, que se pueden conseguir a través de la ingesta de alimentos. Por esta razón, hay que enseñar a comer a los niños, e intentar que no rechacen ningún alimento. Puede llegar a resultar algo difícil, pero a la larga será muy útil, porque ellos mismos sabrán tener una dieta saludable una vez sean adultos. Como padres se tiene la responsabilidad de que los pequeños tengan una dieta equilibrada y con las vitaminas suficientes.
Además de la alimentación, el sueño también es importante para que el sistema inmunológico sea fuerte. Los niños necesitan descansar muchas más horas que los adultos, así que es recomendable que se echen la siesta además de dormir sus horas de sueño correspondientes por la noche.
Todo esto, combinándolo con actividades físicas, hacen que los niños mantengan un estilo de vida saludable y que ayude a que tengan mejores defensas cuando llegue el cambio de temperatura. No se trata de que practiquen deportes o estén muy ocupados, sino de que se muevan, de que se lo pasen bien, ya sea mediante juegos al aire libre, con los padres o jugando con otros niños. De esta forma, se puede conseguir que el sistema inmunológico sea mucho más fuerte.
Es decir, cuando se trata de salud, es mejor prevenir que curar. Y es posible hacer que el cuerpo sea más fuerte frente a las enfermedades y activar las defensas a base de terapias que son naturales, rápidas y eficaces.
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